Tú te llamabas .....
y era hermoso decir una a una tus letras, desnudarlas, mirarte en cada una
como si fuesen ramas distintas de alegría, distintos besos en mi boca reunidos.
Era hermoso saberte con un nombre que ya me duele ahora entre los labios,
me sangra entre los labios como un recuerdo exangüe,
como algo que yo querría nombrar constantemente y me
estuviese anonadando con sus límites,
con su doliente negación de ser, porque es amargo pronunciar lo que en olvido acaba.
con su doliente negación de ser, porque es amargo pronunciar lo que en olvido acaba.
Yo pienso que ya no puedes tú tener un nombre, encerrar en un nombre tu ternura, tus verdes ojos
dulces,
la dorada humedad de tu cabello, que ya no puedes
responderme si te llamo, si te sigo llamando y nada me devuelve la impaciente
constancia de que estás.
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