tanto como mis ojos.
Me decías: "¿Trabajas?"
Me decías: "¿Ya es la hora del té?"
Y yo no te decía: "Te amo";
no te decía:
"Eres todo lo que tengo";
no te decía:
"Eres la única rosa en la que caben
todas las primaveras".
Me decías:
"Adiós, hasta mañana".
O me decías:
"¿Necesitas algo?".
Y yo no te decía:
"Me estoy muriendo
de amor... me estoy muriendo".
Nadie mojaba el aire
como yo.
Antonio Gala
2 comentarios:
Tienes un gusto exquisito para seleccionar poemas románticos y sensuales, así como las imágenes que los acompañan. Te felicito. Aunque no los comente, todos los días abro tu página para ver los que vas dejando.
Saludos.
Seas quien seas, gracias y ¿porque no? un beso, aunque sea electrónico... Ojalá te los diera un día sin teclado ni pantalla por medio.
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