lunes, junio 26, 2006

MUSGO DE SOLEDAD

Amaneció tan hosco mi corazón hoy día,
tan inclemente el cielo de su sangre,
tan páramo en tinieblas, tan confuso,
sin ninguna ilusión, áspero, grave.
Amaneció tan llanto y tan callando
mi corazón que es fuego día y noche,
que me voy a morir si no me cubres
la piel con tu desnudo sortilegio.
Amaneció tan gris mi soledad,
tan dura la tarea que me falta,
tan desierta la casa y tan fugaz
la sonrisa del sol en los tejados, que me voy a morir si no me juntas
el aire y el aroma de tus ansias,
si no habitas el musgo de mi angustia,
si no entibias sus fríos hemisferios.
Que me voy a morir de puro solo,
de puro mudo y solo que me tienes,
mármol, rosa de nieve, nube aparte.
Fernando González-Urízar

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