mira de frente, con el alma abierta;
tanto has dormido en soledad..., ¡despierta!,
duerma el silencio ya, pulse la lira.
Revolotean coplas, se retira
la tristeza a su cueva, está desierta
de temores la casa, y a la puerta
aire de primavera se respira.
Tiemble tu mano al tacto de mi mano,
y en las teclas de piel de tu piano
mis dedos crearán nueva armonía.
Abrete a mí, pupilas vinculadas,
labios, senos, rodillas separadas,
mujer irreversiblemente mía.
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