domingo, enero 22, 2006

LA OTRA COPA

Al principio ella fue una serena conflagración un rostro que no fingía ni siquiera su belleza unas manos que de a poco inventaban un lenguaje una piel memorable y convicta una mirada limpia sin traiciones una voz que caldeaba la risa unos labios nupciales un brindis. Es increíble pero a pesar de todo él tuvo tiempo para decirse qué sencillo y también no importa que el futuro sea una oscura maleza la manera tan poco suntuaria que escogieron sus mutuas tentaciones fue un estupor alegre sin culpa ni disculpa él se sintió optimista nutrido renovado tan lejos del sollozo y la nostalgia tan cómodo en su sangre y en la de ella tan vivo sobre el vértice de musgo tan hallado en la espera que después del amor salió a la noche sin luna y no importaba sin gente y no importaba sin dios y no importaba a desmontar la anécdota a componer la euforia a recoger su parte del botín mas su mitad de amor se negó a ser mitad y de pronto él sintió que sin ella sus brazos estaban tan vacíos que sin ella sus ojos no tenían qué mirar que sin ella su cuerpo de ningún modo era la otra copa del brindis y de nuevo se dijo qué sencillo pero ahora lamentó que el futuro fuera oscura maleza sólo entonces pensó en ella eligiéndola y sin dolor sin desesperaciones sin angustia y sin miedo dócilmente empezó como otras noches, como todas las noches, a necesitarla.

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