Uno de agosto, como una suave marea, hace algunos años, fuiste entrando en la playa de mi vida y poco a poco fuiste inundándome con tu amor. Todo fue de una suavidad como sólo tu sabes hacerlo. Con tu mirada, -tus ojos verdes inmensos-, con tu sonrisa –nadie sonríe como tu-… Tu boca, tus palabras, tus silencios…Tu cuerpo. ¡Dios mío, tu cuerpo¡ Poco a poco, suavemente…
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