Poderte ver,
saber que andas tan cerca,
que es probable el milagro de la suerte.
No verte.
Y el corazón y el cálculo y la brújula, fracasando los tres.
No hay quien te acierte.
No verte.
Miércoles, jueves y viernes.
No encontrarte, no respirar, no ser,
no merecerte.
No verte.
Desesperadamente
amar, amarte,
y volver a nacer para quererte.
No verte.
Sí, nacer cada día.
Todo es nuevo.
Nueva eres tú, mi vida,
tú, mi muerte.
No verte.
Andar a tientas (y era mediodia)
con temor infinito de romperte.
No verte.
Oir tu voz, oler tu aroma, sueños,
ay, espejismos que el desierto invierte.
No verte.