Hablabas desde dentro del amor,
armada de su luz.
Nunca palabras de amor más puras respirara.
Estaba tu cabeza suavemente inclinada hacia mí.
Tu largo pelo y tu alegre cintura.
Hablabas del centro del amor,
armada de su luz,
en una tarde gris de cualquier día.
Memoria de tu voz y de tu cuerpo
mi juventud y mis palabras sean
y esta imagen de ti me sobreviva.
Jose Angel Valiente