jueves, agosto 30, 2012

SI ME VINIERAS A BUSCAR




... si me vinieras a buscar...
... si mi orilla y mi puerto fueran tu destino... Izaría banderas de gloria, para recibir el regalo que me haces, eligiéndome. La hospitalaria arena de mi playa, estaría bien tibia de sol, para que te fuese a influir, al pisarla, y que mi calor de bienvenida te suba hasta llegarte directo al corazón. Hasta los juncos se mecen para acariciar el aire que nos circunda y las flores hacen el momento más encendido y exhalan los aromas más exquisitos al viento para el momento que desembarques. Vas a encontrar, galerías de poesías y pensamientos, que invente todo este tiempo para vos, y por fin llegó el día.
No me preguntes nada, por que tampoco te voy a preguntar. Hay alguna razón, aunque sea, mínima, para empañar este sublime momento? Imaginémonos que nos cuidan nuestros ángeles iluminados... que ellos se encarguen. no disipemos ni un segundo nuestro júbilo.
 
Te imaginé de mil maneras diferentes, pero nunca así, con esa mirada que promete que el sol va a calentar más, que las noches van a ser más largas y que de ahora en adelante, los atardeceres van a marcar el preludio de un tiempo de sosiego y hermosa locura, acariciados por la luna que nos va a acompañar al bañar con su luz nuestro lecho, complaciente y embriagado de amor. ...ya estas llegando! Ya va a ser realidad el momento mágico de recibirte, y, ahí, al tocarnos las manos por primera vez, vamos a volar mucho mas allá que lo que nuestras ambiciones imaginaron, y el silencio que va a vestir nuestra escena, nunca más se va a escuchar tan fuerte ni tan brillante...... bienvenida, amor de mi vida..
Luis Enrique Introna

EL MEJOR MOMENTO DEL AMOR



El mejor momento del amor no es aquel en que se dice: «Te amo.»
Se halla en ese mismo silencio que está a punto de romperse todos los días.
Está en la rápida y furtiva comprensión de los corazones.
Está en los fingidos rigores y en las secretas indulgencias.
Está en el estremecimiento del brazo en que se apoya la mano temblorosa, en esa página que volvemos juntos, pero que ninguno de los dos leemos.
¡Momento único, en que los labios callan y dicen tantas cosas con su pudor; en que se abre el corazón, estallando quedamente como un botón de rosa!
En que el solo perfume de los cabellos parece un favor conquistado. ¡Momento de deliciosa ternura, en que el respeto mismo es una confesión.

viernes, agosto 10, 2012

AMARTE



Amarte sin invadirte, multiplicarte sin perderte, decirte sin traicionarme, guardarte sin poseerte, y, así, ser yo mismo en lo más secreto de ti.