jueves, junio 28, 2012

BUSCANDO...


Buscando, buscarte sufriendo por no encontrarte, llamando a mil puertas para hallarte, desesperando por no sentirte, temiendo no descubrirte, pensando en poder mirarte, rogando por hablarte, fantaseando con besarte, luchando por pertenecerte, muriendo por amarte.

PRIMERO, LA SOLEDAD


Primero está la soledad. En las entrañas y en el centro del alma: ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza; que solamente tu respiración te acompaña, que siempre bailarás con tu sombra, que esa tiniebla eres tú. Tu corazón, ese fruto perplejo, no tiene que agriarse con tu sino solitario; déjalo esperar sin esperanza que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.--Pero primero está la soledad, y tú estás solo, tú estás solo con tu pecado original-contigo mismo-. Acaso una noche, a las nueve, aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti, y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso; pero no olvides, especialmente entonces, cuando llegue el amor y te calcine, que primero y siempre está tu soledad y luego nada y después, si ha de llegar, está el amor.


Darío Jaramillo Agudelo

lunes, junio 04, 2012

EN TI ME QUEDO


Así,en ti me quedo,
paseo largamente tus brazos y tus piernas,
asciendo hasta tu boca, me asomo
al borde de tus ojos,
doy la vuelta a tu cuello,
desciendo por tu espalda,
cambio de ruta para recorrer tus caderas,
vuelvo a empezar de nuevo,
descanso en tu costado,
miro pasar las nubes sobre tus labios rojos,
digo adiós a los pájaros que cruzan por tu frente,
y si cierras los ojos cierro también los míos,
y me duermo a tu sombra como si siempre fuera
verano, amor, pensando vagamente
en el mundo inquietante
que se extiende -imposible-
detrás de tu sonrisa.
Ángel González

ALGUN DIA



Algún día te escribiré un poema que no mencione el aire ni la noche; un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros ni fuentes, un poema que eluda el mar y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite a pasar los dedos por tu piel y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas, algún día escribiré un poema que huela a ti, un poema con el ritmo de tus pulsaciones, con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.