miércoles, septiembre 27, 2006

UNA MAÑANA MAS

Una mañana más
las persianas amanecen
sin ti a mi lado,
y escondo bajo las sábanas
mi tristeza.
Vuelvo a arañar tu ausencia sucia
sin motivo,
y despeino tu nombre con mi boca,
y te digo al oído de la almohadala dulce batalla
que no escucharás de mis labios,
y respiro como un pez fuera del mar,
recordando todos los nombres que fueron tuyos.
Amanecen las persianas
mientras reúno el valor
que nos diga que tiene sentido
amarnos tanto como para dejarnos ir.
T. Suárez Domínguez

viernes, septiembre 22, 2006

AMO, AMAS

Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo;
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.
Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
y arder en la fusión de nuestros pechos mismos.
Rubén Darío

sábado, septiembre 16, 2006

DE LA NOSTALGIA

Vana memoria que no puede traerte desde lejos,
que no te vuelve carne, risa gentil o canto.
Vana memoria mía incapaz de abrazar lo más mío,
incapaz de acariciar tu piel distante,
vana y obsesiva memoria que sólo alcanza a repetirme por quién vivo,
que respiro por este amor invulnerable y sin rutinas.
También ausente eres mi presencia más cálida,
mi más pura nostalgia.
Darío Jaramillo

lunes, septiembre 04, 2006

DEJAME SUELTAS LAS MANOS

DÉJAME sueltas las manos
y el corazón, déjame libre!
Deja que mis dedos corran
por los caminos de tu cuerpo.
La pasión —sangre, fuego, besos—
me incendia a llamaradas trémulas.
Ay, tú no sabes lo que es esto!
Es la tempestad de mis sentidos
doblegando la selva sensible de mis nervios.
Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!
Es el incendio…
Y estás aquí, mujer, como un madero intacto
ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas
hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros!
Déjame libre las manos
y el corazón, déjame libre!
Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!
No es amor, es deseo que se agosta y se extingue,
es precipitación de furias,
acercamiento de lo imposible,
pero estás tú,
estás para dármelo todo,
y a darme lo que tienes a la tierra viniste—
como yo para contenerte,
y desearte, y recibirte!
Pablo Neruda

HE AQUI QUE TU ESTAS SOLA

He aquí que tu estás sola y que yo estoy solo. Haces cosas diariamente y piensas y yo pienso y recuerdo y estoy solo. A la misma hora nos recordamos algo y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya somos, y una locura celular nos recorre y una sangre rebelde y sin cansancio. Se me va a hacer llagas este cuerpo solo, se me caerá la carne trozo a trozo. Esto es lejía y muerte. El corrosivo estar, el malestar muriendo es nuestra muerte.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo, una mitad apenas, sólo un brazo. Te recuerdo en mi boca y en mis manos. Con mi lengua y mis ojos y mis manos te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne, a siembra, a flor, hueles a amor, y a mí. En mis labios te sé, te reconozco, y giras y eres y miras incansable y toda tu me suenas dentro del corazón como mi sangre. Te digo que estoy solo y que me faltas Nos faltamos, amor, y nos morimos y nada haremos ya sino morirnos. Esto lo sé, amor, esto sabemos. Hoy y mañana, así, y cuando estemos en estos brazos simples y cansados, me faltarás, amor, nos faltaremos.

Jaime Sabines