martes, febrero 28, 2006

NOS HEMOS PERDIDO

Nos hemos bruscamente desprendido y nos hemos quedado con las manos vacías, como si una guirnalda se nos hubiese ido de las manos; con los ojos al suelo, como viendo un cristal hecho pedazos: el cristal de la copa en que bebimos un vino tierno y pálido....
Como si nos hubiéramos perdido,nuestros brazos se buscan en la sombra... ¡Sin embargo, ya no nos encontramos! En la alcoba profunda podríamos andar meses y años, en pos uno del otro, sin hallarnos.... JAIME TORRES

AMOR CON TACTO

Quiero hacer el amor con tacto:
Quiero que nos toquemos con la mirada
Quiero que nos toquemos con los destellos del corazón
Que nos toquemos con el deseo
Que tu deseo toque el mío
Que mi deseo toque el tuyo
Que nos toquemos con la piel
Que nos toquemos con el pensamiento
Que nuestras desinhibiciones toquen nuestras inhibiciones
Que mi ser toque todo el tuyo
Que tu ser toque todo el mío
Así quiero que hagamos el amor: con tacto...

domingo, febrero 26, 2006

CUANDO CIERRAS LOS OJOS

Cuando cierras los ojos tus párpados son aire. Me arrebatan: me voy contigo, adentro. No se ve nada, no se oye nada. Me sobran los ojos y los labios, es este mundo tuyo. Para sentirte a ti no sirven los sentidos de siempre, usados con los otros. Hay que esperar los nuevos. Se anda a tu lado sordamente, en lo oscuro, tropezando en acasos, en vísperas; hundiéndose hacia arriba con un gran peso de alas.

Cuando vuelves a abrir los ojos yo me vuelvo afuera, ciego ya, tropezando también, sin ver, tampoco, aquí. Sin saber más vivir ni en el otro, en el tuyo, ni en este mundo descolorido en donde yo vivía. Inútil, desvalido entre los dos. Yendo, viniendo de uno a otro cuando tú quieres, cuando abres, cuando cierras los párpados, los ojos. Pedro Salinas

sábado, febrero 25, 2006

SEPARACION

Mi soledad llevo dentro, torre de ciegas ventanas. Cuando mis brazos extiendo abro sus puertas de entrada y doy camino alfombrado al que quiera visitarla. Pintó el recuerdo los cuadros que decoran sus estancias. Allí mis pasadas dichas con mi pena de hoy contrastan. ¡Qué juntos los dos estábamos! ¿Quién el cuerpo? ¿Quién el alma? Nuestra separación última, ¡qué muerte fue tan amarga! Ahora dentro de mí llevo mi alta soledad delgada. Manuel Altolaguirre

viernes, febrero 24, 2006

INTIMIDAD

Soñamos juntos juntos despertamos el tiempo hace o deshace mientras tanto no le importan tu sueño ni mi sueño somos torpes o demasiado cautos pensamos que no cae esa gaviota creemos que es eterno este conjuro que la batalla es nuestra o de ninguno juntos vivimos sucumbimos juntos pero esa destrucción es una broma un detalle una ráfaga un vestigio un abrirse y cerrarse el paraíso ya nuestra intimidad es tan inmensa que la muerte la esconde en su vacío quiero que me relates el duelo que te callas por mi parte te ofrezco mi última confianza estás sola estoy solo pero a veces puede la soledad ser una llama. Mario Benedetti

martes, febrero 21, 2006

TUS PALABRAS

Apoyada en mi hombro
eres mi ala derecha.
Como si desplegaras
tus suaves plumas negras,
tus palabras a un cielo
blanquísimo me elevan.

Exaltación. Silencio.
Sentado estoy a mi mesa,
sangrándome la espalda,
doliéndome tu ausencia.
Manuel Altolaguirre

lunes, febrero 20, 2006

PRIMERO, LA SOLEDAD

Primero está la soledad. En las entrañas y en el centro del alma: ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza; que solamente tu respiración te acompaña, que siempre bailarás con tu sombra, que esa tiniebla eres tú. Tu corazón, ese fruto perplejo, no tiene que agriarse con tu sino solitario; déjalo esperar sin esperanza que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo. -- Pero primero está la soledad, y tú estás solo, tú estás solo con tu pecado original-contigo mismo-. Acaso una noche, a las nueve, aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti, y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso; pero no olvides, especialmente entonces, cuando llegue el amor y te calcine, que primero y siempre está tu soledad y luego nada y después, si ha de llegar, está el amor. Darío Jaramillo Agudelo

viernes, febrero 17, 2006

VIENTO DE AYER

¿Es tu hija, verdad? La he conocido por la estrella fugaz que hay en sus ojos, la cabeza inclinada y la manera, tan tuya, de mirar llena de asombro.
¿Es tu hija, verdad? lo han presentido-¡desde tan hondo!- unos vientos callados que dormían bajo las aguas quietas, en el pozo de los tiempos perdidos, donde guardo las hojas que cayeron de los sauces remotos. Tiene luz en la frente-tu misma luz-.
Y el gesto melancólico.
Tiene el cuello tan frágil como tú lo tenías y en el pelo los mismos pájaros locos. Tiene un viento de ayer entre los dedos, y en el rostro...tu firma escrita con otra sangre que no conozco.
TORCUATO LUCA DE TENA

jueves, febrero 16, 2006

EL UNICORNIO EXISTE, AMOR

El unicornio existe amor es la risa de los niños el milagro de un beso la caricia que quema las alas tibias de un sueño. El unicornio existe amor es la poesía de todos el canto de las aves el rumor de la tierra el perfume de las flores. El unicornio existe amor es el eco de tu nombre la agonía de tu ausencia el manto tibio de tus manos la rosa sagrada de tu sexo. El unicornio existe amor es la luz de tu mirada las estrellas de tu noche el suave mar de tus cabellos el territorio prohibido de tu cuerpo. El unicornio existe amor y resurge brioso salvaje victorioso cuando mi boca pronuncia tu nombre.
Carlos Enrique Ungo,

martes, febrero 14, 2006

YO, MAÑANA

«Mañana». La palabra iba suelta, vacante, ingrávida, en el aire, tan sin alma y sin cuerpo, tan sin color ni beso, que la dejé pasar por mi lado, en mi hoy. Pero de pronto tú, Carmen, dijiste: «Yo, mañana...» Y todo se pobló de carne y de banderas. Se me precipitaban encima las promesas de seiscientos colores, con vestidos de moda, desnudas, pero todas cargadas de caricias. En trenes o en gacelas me llegaban -agudas, sones de violines- esperanzas delgadas de bocas virginales. O veloces y grandes como buques, de lejos, como ballenas desde mares distantes, inmensas esperanzas de un amor sin final. ¡Mañana! Qué palabra toda vibrante, tensa de alma y carne rosada, cuerda del arco donde tú pusiste, agudísima, arma de veinte años, la flecha más segura cuando dijiste: «Yo...» Pedro Salinas

lunes, febrero 13, 2006

AUSENCIA DE AMOR

Cómo será pregunto. Cómo será tocarte a mi costado. Ando de loco por el aire que ando que no ando. Cómo será acostarme en tu país de pechos tan lejano. Ando de pobrecristo a tu recuerdo clavado, reclavado. Será ya como sea. Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado. Me comerás entonces dulcemente pedazo por pedazo: Seré lo que debiera. Tu pie. Tu mano.
Juan Gelman

sábado, febrero 11, 2006

EL PEQUEÑO DOLOR

Mi dolor es pequeño, pero aun así bendigo este dolor, que es como no soñar después de un sueño, o es como abrir un libro y encontrar una flor. Déjame que bendiga mi pequeño dolor, que no sabe crecer como la espiga, porque la espiga crece sin amor. Y déjame cuidar como una rosa este dolor que nace porque sí, este dolor pequeño, que es la única cosa que me queda de ti.
José Angel Buesa

viernes, febrero 10, 2006

¿TU ME LO PREGUNTAS?

Y tú ¿Me lo preguntas? Tú que me robaste el corazón tú que de deseos me embriagas. Hoy declaras al mundo que estoy prisionero de tu mirada, tu que esclavizaste mi voluntad hurtaste mis caricias, robaste mi virilidad todo te lo di, el cuerpo, el alma a cambio de libar el néctar de tu cuenco a cambio de danzar con mi hombría en las profundidades de tu cavidad, a cambio de lamer tus inhiestos volcanes de lava blanca, a cambio de besar tu boca. Y hoy proclamas al viento que soy todo tuyo. Acaso crees que habiéndome embriagado con tu cuerpo ¿Deseo ser de otra? José Ramón Varela

miércoles, febrero 08, 2006

CUANDO ME ELEGISTE

Cuando tú me elegiste -el amor eligió- salí del gran anónimo de todos, de la nada. Hasta entonces nunca era yo más alto que las sierras del mundo. Nunca bajé más hondo de las profundidades máximas señaladas en las cartas marinas. Y mi alegría estaba triste, como lo están esos relojes chicos, sin brazo en que ceñirse y sin cuerda, parados. Pero al decirme: "tú" -a mí, sí, a mí, entre todos-, más alto ya que estrellas o corales estuve. Y mi gozo se echó a rodar, prendido a tu ser, en tu pulso. Posesión tú me dabas de mí, al dárteme tú. Viví, vivo. ¿Hasta cuándo? Sé que te volverás atrás. Cuando te vayas retornaré a ese sordo mundo, sin diferencias, del gramo, de la gota, en el agua, en el peso. Uno más seré yo al tenerte de menos. Y perderé mi nombre, mi edad, mis señas, todo perdido en mí, de mí. Vuelto al osario inmenso de los que no se han muerto y ya no tienen nada que morirse en la vida. Pedro Salinas

lunes, febrero 06, 2006

RASTRO

Tu olor -el incontrovertible y brutal olor del amor- permanece intacto mientras los besos se volatilizan en su propio júbilo y la humedad se hace una con la piel. Tu olor, en cambio, impregna hasta la médula. Hasta ese lugar recóndito donde el deseo anida y obliga a dejar intactos los platos del almuerzo y a danzar de nuevo hacia la cama, muertos de hambre de amor. Juan Gustavo Cobo Borda

domingo, febrero 05, 2006

DEJAME ACARICIARTE

Déjame acariciarte lentamente
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad,
un continuarte de ti misma a ti misma extensamente. Onda tras onda irradian de tu frente
y mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas
al besarte de tus pies
en la playa adolescente. Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial de tú de ti,
agua furtiva,
música para el tacto perezosa. Así te quiero,
en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos,
lirio, rosa, y tu unidad después,
luz de mis sueños. Gerardo Diego

viernes, febrero 03, 2006

CUANDO DORMIDA TU...

Cuando, dormida tú, me echo en tu alma y escucho, con mi oído en tu pecho desnudo, tu corazón tranquilo, me parece que, en su latir hondo, sorprendo el secreto del centro del mundo. Me parece que legiones de ángeles, caballos celestes-como cuando, en la alta noche escuchamos, sin aliento y el oído en la tierra, trotes distantes que no llegan nunca-,que legiones de ángeles,vienen por ti, de lejos-como los Reyes Magos al nacimiento eterno de nuestro amor-,vienen por ti, de lejos, a traerme, en tu ensueño, el secreto del centro del cielo.
Juan Ramón Jiménez

miércoles, febrero 01, 2006

Y QUE VENGA LA NOCHE

Regálame la risa de tus ojos
la tenue luz de tu sonrisa
el milagro de tu nombre
en mi boca.
Regálame la humedad de tus besos
el tibio manto de tu abrazo
el mar embravecido de tu cuerpo
junto al mío.
Regálame el amanecer de tus pasiones
el espejo frágil de tus lluvias
tu inocencia hecha mujer
con mis caricias. Regálame tu amor
amor
y que venga la noche.
Carlos Enrique Unge